8-1-17

Al cabo de la muerte de mi padre

Inspira y sigue entrelaire.
Cuando cesa,
ni sabe ni olvida
ni se acaba
siquiera. Muere,
en efecto, cuando expira.
Revive, cuando inspira.
Ya ni olvida
que acaba de morirse el muerto.
Le pasa por el lado
y no le toca ni la caja.
Ya es una montaña
de valles y de ríos y de lagos,
un Atlas tendido
una montaña de tierra.
Mientras,
tu, todavía.

EB.