La importancia de un esbelto elefante

Lo que importa es que esto importe. Si importa es importante. Si no es importante, no importa. El problema es que lo no-importante importe y que los que signan lo que es importante y lo que no es importante solo sepan del signar(1). Signar esbelto a un elefante puede hacer del elefante algo importante, aunque un elefante puede ser cualquier cosa menos esbelto, pero si importante, como acabamos de ver(2). La importancia radica en que hemos convenido que es esbelto, pero no es esbelto, es más bien grueso. Los problemas vendrán cuando no sepamos (y no podamos porque ya no tendremos las palabras) negar que es esbelto. Será entonces cuando empiece a decirse que negándolo estamos odiando a los elefentes(3), y se empiece a decir machaconamente que odiamos y tenemos por enemigos a los que sostienen (para sobrevivir o enriquecerse, según los casos) que los elefantes son esbeltos. Todo esto antes de que se prohiba decir que los elefantes son gruesos.

El embrollo está en las posiciones que tomamos y en como gozamos de los nombres de las cosas que nos incautamos y manejamos. Pero hay una posibilidad, aunque sea extraña al humano: desabrochar las cosas de sus nombres, mirarlas a la cara oculta y, ¡ya está!

EB 1-2-23

 

1.- Esto es lo que caracteriza al especialista.

2.- Este sería el caso de una obra de arte titulada Un esbelto elefante.

3.- Esto es causado por la impertinente estetización de todo.